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Esta quizás sea la pregunta más difícil que podamos hacernos con relación a este importante tema, porque son pocos los que deciden aceptar y contentarse con el fin para el cual Dios creó el sexo (lo cual es su voluntad). Cuando Dios creó la luz, la tierra, los mares, los animales, a todo le dio un propósito y a parte de ese propósito puso leyes y reglas para que ese que se cumpla. Para que el sexo tenga un uso noble y adecuado Dios les dejo propósitos buenos y reglas específicas.

 

El mundo en sí mismo ha intentado armar su propio rejuego de reglas y pensamientos importándoles muy poco lo que Dios ya ha establecido en su Palabra. Hoy la Biblia es solamente otro manual de moral, pero no las reglas definitivas para la humanidad.

 

Por el desconocimiento a la respuesta ¿Cuál es el propósito del sexo? Tenemos los desastres que hoy día nos arropan. El mundo a su estilo y manera ha decido darle una respuesta poco prudente y moral, definiendo el sexo como ha querido. Llegando a convertirse en una meta para los adolescentes, y una diversión para los adultos, el sexo ha pasado a ser un “producto” más de venta. Sin duda alguna sabemos que la empresa que produce más dinero en el mundo es la pornografía.

 

Antes de entrar a establecer el propósito del sexo, quisiera realzar lo que he venido diciendo, el sexo no es malo en sí mismo. No es malo porque sencillamente Dios lo creó. Ahora ¿Qué es lo malo? Romper las reglas sobre aquello que Dios ha creado. Dios creó los alimentos. Los alimentos no son buenos ni malos, son alimentos. Pero el hombre empezó a tener conductas descontroladas con respecto a la alimentación y hoy siglo 21 tenemos toda una rama de la psicología dedicada a los desórdenes alimenticios, por las personas que cometen gula (glotonería); el problema mayor no es que llegan al sobrepeso sino, que desarrollan enfermedades de corazón, azúcar, colesterol, etc. Otros dejan de comer convirtiéndose en anoréxicos, muy común entre las jovencitas. Pero los alimentos no son los que controlan al hombre, quien come correctamente, dejando las comidas chatarras, contaminadas, y come saludable y adecuadamente, encontrará los beneficios que esta les pueda brindar a su salud. Así que si en tu congregación te han enseñado que el sexo es del diablo y que quien piensa en este se va a perder, está equivocado. El sexo lo creó Dios, es bueno y saludable y satisface el alma cuando se usa adecuadamente.

 

Los tres propósitos del sexo son:

 

-Procreación

-Unificación

-Disfrute

 

Procreación de la raza:

 

Dijo Dios multiplíquense hasta llenar la tierra (Gen. 1:28). Dios quería más humanos, pero realmente tenemos que agradecerle por habernos dado una herramienta tan satisfactoria y reconfortante para procrearnos. Pregunta: ¿En qué se diferencia el humano del resto de la creación? Principalmente en que Dios nos dio: conciencia, razón y producto de ello vino una sociabilidad compleja. Ningún humano que sea mentalmente estable está desposeído de esa parte que le dice lo que está bien y mal; tampoco está despojado de aquello que le permite pensar y reflexionar de lo que está a su alrededor; y ningún hombre ni mujer puede vivir como ermitaño en las montañas, todos pero todos necesitamos contactos con otros seres humanos.

 

Dios puso al hombre en una posición privilegiada dentro de la creación como administrador de la tierra y los animales, y por ello Dios puso su imagen en él (Gen.1:27). Es como si Dios se hubiese tirado una foto, la foto no es Dios, pero se parece. Ahora por ser algo tan vital para la existencia, el sexo lleva responsabilidades, y Dios no dejó al ser humano sin reglas ni tampoco los dejó libres de usarlo a su antojo.

 

Unificar a los esposos:

 

¿Por qué solo a los esposos? Porque estos ya están aptos y capacitados para llevar maduramente las responsabilidades y cargas que el acto del sexo pueda brindar. Sigamos con la comida, ¿A un niño recién nacido se le da alimentos sólidos? No. No va a poder masticarlo y si lo traga puede atragantarse. Similar a eso son los jóvenes que tienen relaciones sexuales fuera de tiempo. Y de ahí surgen inmensos problemas, como embarazos no deseados, abortos, enfermedades, etc. Pero entre todas esas cosas las peores son la separación con Dios y las heridas emocionales.

 

La relación sexual es uno de los grandes pilares de un matrimonio. Y si, lo sé, no estoy dando una charla matrimonial, pero tenemos que entender que no es a los casados que únicamente se les debe hablar de matrimonio, estos ya están casados y se supone que es porque saben lo que implica serlo, hay que enseñarles a los jóvenes al respecto, y ayudarlos a comprender que es allí donde la expresión sexual cumple el propósito y el plan de Dios, aunque no significa o no quiero decir que por el hecho de que los esposos tengan sexo el matrimonio será feliz; hay intimidad porque hay amor, y hay amor porque hay intimidad. Pero la intimidad tiene que venir antes que el sexo, por eso la expresión sexual entre jóvenes que no están casados, es tan solo un acto físico, pueden haber emociones fuertes de enamoramientos y pasión, pero no puede haber un verdadero compromiso que sea capaz de afrontar las consecuencias que esa relación pueda acarrear.

 

Recuerdo a Marta de 14 años que defendía fervientemente el hecho de que estaba lista para tener relaciones. Por más consejo y suplica jamás lo entendió. Después a solas y con lágrimas de las angustias más profunda que usted pueda imaginarse, allí estaba preocupada porque tenía retrasos en su menstruación. Pasaron los días y afortunadamente no salió embarazada. Pero, volvió llorando y esta vez, es porque su pareja la había abandonado, ante el miedo que sentía del posible embarazo de su novia. Entonces, se quedó como muchas jóvenes, sin novio y sin virginidad. 

 

Disfrute:

 

El sexo es tan sensacional que muchos se casan solamente por este, es un error, pero lo hacen. Ahora bien, a la misma vez que el sexo es maravilloso por ser tan excitante, esta se convierte en una de sus mayores desgracias. Su atractivo poder hace que nosotros como jóvenes estemos cautivado, y tomamos esta atracción como señal de libertad, pero eso no significa que se nos haya dado libre albedrio para usarlo cuando queramos. Si el sexo fuera pesado, una carga o aburrido, no sería el gran problema social que es hoy día. Controlar nuestras pasiones es uno de los retos y obstáculos más grandes que tenemos en toda esta etapa. Es una carga pesada lidiar con este aspecto de la vida este entorno tan erótico que tenemos hoy día. Usted mira la calle y hay carteles nudistas, hay playas nudistas, clubes nudistas, hay tiendas de erotismo, donde venden ropas, películas y todo lo que tiene que ver con el sexo. Todo está plagado, contaminado, y el mundo está tan descarado que la única excusa es: el sexo vende.

 

La fuerza sexual se convierte en un obstáculo cuando un joven ha activado una vida pasional desordenada, muchos quieren servir a Dios, pero el fuego que hay dentro de ellos los llevan a cometer hechos que saben que son vergonzosos, y esto le impide llevar una vida pura y santa. Un joven músico adicto a la pornografía una vez me confesó: “Adriel, cuando estoy adorando al Señor en medio del culto e intento ponerme en comunión, empiezan a llegar a mi mente las imágenes que he visto, y sé que la pornografía está mal y temo por mi salvación”. En este asunto no es simplemente conocer, lo difícil es aplicarlos. No por menos la Biblia insiste tanto y tanto en que guardemos nuestras vidas especialmente en el área de la sexualidad en pureza, ya que una vida sexualmente desorganizada aun desde la juventud, puede llevar a una vejez desdichada y resentida.

 

Ahora bien quiero que notes que el tercer punto dice disfrute y no recreación; ese disfrute está guardado única y exclusivamente para los casados, como jóvenes lo único que podemos hacer es prepararnos y ser maduros con respecto al tema, y tratar de entender que llevar una vida sexual saludable es llevar una vida plena, satisfactoria y feliz delante de Dios, de los de demás y aun de ti mismo.
 

 

 

 

 

¿Qué ocurrio con la pureza?

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